miércoles, 15 de agosto de 2007

¡Feliz Aniversario!


Es 16 de agosto. Es un día importante para mí. ¿Por qué? Porque cumplo 28 años haciendo clases. Esto ha significado muchas cosas: como por ejemplo, conocer y querer a tantos niños y jóvenes; como realizarme como persona; como hacer de cada día una oportunidad para construir la esperanza de que el mundo puede ser mejor. Han pasado tantos años, pero todavía creo que faltan muchos. He tenido que trabajar y también estudiar, para darme cuenta que aún falta tanto que aprender, tanto que hacer. Con el sueño de siempre de ir tras la perfección humana. Dedico esta mi celebración a todos quienes cada día tienen la deferencia de entregarme un saludo o una sonrisa, material necesario para seguir construyendo. (Me) regalo estos versos escritos un día, inspirados en quienes son, en gran medida, la razón de mi ser. Especialmente a quienes están más cerca: mi esposa y mi hija; mis padres y mis hermanos; mis amigos; mis colegas; mis alumnos…

A mis alumnos

Todos tenemos la inteligencia
y capacidad para aprender.
Si no aprovechas tu oportunidad,
desperdicias tu inteligencia.

Dame la semilla
de tus esperanzas.
Con la fe de mis años
y la fuerza de tu juventud,
en la tierra de tus sueños
construiremos el futuro de la primavera.

Tú, con tus manos limpias,
con la claridad
de tus pensamientos;
los ojos abiertos,
el espíritu inquieto
y el corazón dispuesto
para ganar la batalla
a la oscura ignorancia
que en el ocio acecha.

Yo abriré algunas puertas
y te acompañaré
con la paciencia
del mar frente a la tierra.

Juntos iremos,
por la misma senda.


Para descubrir
que el conocimiento,
sin sabiduría
es materia muerta.

Para desnudar
y vestir la palabra
con el alma nuestra.
Y ataviar las cosas
de palabras con esencia.

Para entender
que el fruto de la tierra
es milagro en tu casa
y en tu mesa;
y el milagro viste el cuerpo
de sus hijos,
en una noble empresa.

Para saber
que el hombre crece
más allá de su cabeza;
y su alma cabe
donde cabe la vida entera.

Para oír los secretos eternos
que habitan las estrellas.

Para mirar los días
y las noches
con el alma atenta.
Y en cada instante
dar gracias,
porque en todas
las cosas nuestras,
vibra como una espiga
la llama de Dios y su presencia.

Manuel Sánchez Tapia

1 comentario:

Unknown dijo...

Muchas felicidades
Espero que sean muchos mas

1 abrazo.

¡Cómo pasa el tiempo!

¡Cómo pasa el tiempo!
También fui un "chascón" soñador. Mis tiempos en la U.