PIÑERA Y EL CAMINO ALTERNATIVO

Algunos comentarios acerca de la bochornosa situación vivida por Sebastián Piñera, en el aeropuerto de Santiago durante el paro de los trabajadores de ese terminal, cuando evitó hacer “la fila” para abordar el avión y aceptó la invitación de una funcionaria de “meterse por delante”. Su posterior explicación: “ella me ofreció el camino alternativo y yo lo acepté”. Esta situación y su explicación no constituyen un hecho azaroso; parece ser parte de una actitud de vida de nuestros tiempos. Y parece ser, también, un estilo de vida del candidato.

Me vienen a la memoria algunos otros ejemplos de “ese camino alternativo”: ahora se puede comprar tinta “alternativa” para impresoras, que no es la original. Muchos jóvenes recurren a “modos alternativos” de sexo, para evitar el embarazo.

¿Tendremos que llamar al adulterio una opción de “pareja alternativa”? ¿Toda forma de engaño será “un modo alternativo” de conseguir nuestros fines?

¿La información privilegiada por la que fue multado el candidato “alternativo” para comprar acciones de Lan, era una manera alternativa de recibir información? ¿Sus ofertones de campaña son “retórica alternativa” de la verdad?

Así como las tarjetas de crédito que nos ahogan, “dinero plástico alternativo”, su “sonrisa de plástico” está ahogando las pantallas de TV y las calles de nuestro país.

Es de esperar que, si gana la segunda vuelta, su gobierno no sea “el camino alternativo” de la democracia, ni su gestión “un modo alternativo” de acceder a los privilegios del poder político… que ya tienen el económico y los poderes fáctico.

Tal vez estemos en el umbral de una “forma alternativa de dictadura”